Hoy por ti, mañana por mí

Vivimos unas circunstancias imposibles de soportar.

Pagamos a los que manejan el cotarro, cantidades que nos permitirían capear el temporal.

Lo hacemos obligados por un sistema que no renueva su credibilidad.

Con la soga al cuello, desde que nacemos.

Dorada y adorada libertad, se quiebra cuando vienen mal dadas.

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Ahora que el estado del bienestar se pierde, toca hacerse cargo de todo aquello que de él podíamos alcanzar.

Tenemos que ser capaces de organizarnos entre nosotros.

Ponerle imaginación y ganas para salir a delante.

Recortes que no podemos parar.

Respuestas que no han de quedar en la queja, sino en la acción directa.

Todo ello en la proximidad.

¿Qué es la proximidad, hoy día?

Son estos muros.
Son los barrios de vecinos.
Son esos espacios a los que acudimos. Gimnasios. Colegios. Parques.

¿Cómo darle forma?

¿Cómo conseguirlo?

Arrimar el hombro.

Hoy por ti, mañana por mí.